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martes, 22 de octubre de 2013

CONSEJOS PARA RESOLVER PROBLEMAS DE PAREJA...





Aunque el matrimonio está fundado en el amor es 

natural que las parejas encuentren diferencias y 

dificultades que deben aprender a reconocer y resolver

para evitar el conflicto. 

Un conflicto no es un desacuerdo. 

Los desacuerdos son normales. 

Pero cuando los desacuerdos no son respetados o 

causan problemas en la pareja, se convierten en 

conflictos.

Muchas diferencias en la pareja provienen del hecho 

que cada uno trae consigo su propia experiencia de vida 

y cultura. Es decir, con frecuencia  cada cónyuge tiene 

una forma de hacer las cosas y de ver el mundo muy 

distintas, según lo aprendieron en sus respectivas 

familias o en el ambiente donde crecieron.

En la familia cada individuo aprende cómo resolver 

dificultades y conflictos de acuerdo a como lo hicieron 

sus padres y quienes los rodeaban, así como la forma 

de expresar la rabia o frustración. En algunas familias, 

por ejemplo, no se permite que los hijos expresen su 

enojo o rabia. Por eso estas personas crecen no 

sabiendo qué hacer con estos sentimientos. 

Cuando se casan, al primer signo de conflicto, ellos 

pueden pensar que hay algo muy malo en su relación; 

que se equivocaron de pareja e incluso deseen el 

divorcio.

La cultura también nos enseña cómo actuar frente a los

 conflictos. 

Por ejemplo, en muchas de las culturas latinoamericanas 

mientras al hombre se le permite no sólo expresar su 

enojo sino incluso ser agresivo, a la mujer por el 

contrario se le ha enseñado a quedarse callada para 

evitar los conflictos, no expresando lo que siente o 

necesita. 

Este tipo de actitudes aprendidas de la cultura y en la 

familia son precisamente las que hacen difícil que 

haya un diálogo franco entre los dos cónyuges, que les 

permita crecer juntos y resolver sus conflictos de una 

manera saludable.



La experiencia de vida también cuenta a la hora de 

formarnos una visión del mundo; Lo que puede causar 

miedo o ser difícil para alguien, no lo es para otro, según 

haya aprendido a vivir con eso o no. Por ejemplo, alguien 

que creció con personas enfermas sabe cómo 

sobrellevar esta situación mejor que quien nunca tuvo a 

alguien con limitaciones de salud o físicas en su casa. 

Nuestras reacciones tienen mucho que ver con el 

mensaje que tengamos asociado con ese fenómeno. 

Y por supuesto, los dos miembros de la pareja no 

siempre tienen las mismas experiencias.

Es claro entonces que el pasado de una persona (lo que 

aprendió de su familia, de su cultura o de su experiencia 

de vida) es muy importante para entender sus reacciones 

y sus formas de ver la vida. Por eso novios y esposos 

deben interesarse en conocer el pasado, las raíces, la 

historia personal y los recuerdos de su pareja, para tratar 

de entender también qué huella han dejado estos en su 

vida y ser así más comprensivos y menos conflictivos.

Conocer que no todos aprendimos lo mismo ni de la 

misma manera debe igualmente ayudarnos 

a relativizar nuestra manera de hacer las cosas, si al final 

se llega al mismo resultado. Así por ejemplo,  “aunque 

haga el arroz con una receta diferente a la de mi mamá, 

lo importante es que sabe igual de sabroso“.

Todos podemos tener una manera de pensar diferente, 

sin que esto, necesariamente cause un conflicto. 

Nuestras actitudes ante las diferencias son las que 

determinan si estas se van a convertir en un conflicto 

o no.

Nuestras actitudes ante las diferencias son las que 

determinan si estas se van a convertir en un conflicto 

o no.

He aquí algunas actitudes que los expertos señalan 

como de gran ayuda para favorecer el diálogo y la 

solución de conflictosCon frecuencia pensamos que lo

 que nos gusta a nosotros o nos alegra va a halagar a 

nuestra pareja. Sin embargo con el tiempo y observación,

 nos damos cuenta que esto no es tal. La  comunicación 

entre parejas debería mejorar con el tiempo. Las parejas 

entre más se conocen puede estar más atentas a las 

necesidades del otro.Mejore su habilidad y disposición 

para escuchar. No se puede entrar en comunicación con

una persona que no desee escuchar. Y para escuchar,

se necesita poner toda la atención a la persona que le 

habla.Aprenda a expresar sus puntos de vista, deseos

o necesidades. Nadie sabe mejor lo que una persona

piensa o necesita que ella misma. Por lo tanto esperar

 que la otra persona le adivine el pensamiento es

irreal.



Tenga una mente abierta donde puedan caber otras 

opciones y formas de ver una realidad. Nadie posee

toda la verdad. El punto de vista de otro puede 

además enriquecerle. Diga las cosas sin ofender

procurando dar a la otra persona el beneficio de la
duda. 

Esto quiere decir, que al expresar un desacuerdo o 

enojo sea capaz de usar un lenguaje que exprese el

interés por saber  o comprender el porqué de las

 actitudes o comportamientos de la otra persona, sin

 culparlo o descalificarlo. Por ejemplo, diga: 

“¿Lo que quieres decirme es que te molesta mi 

desorden?". Esta es quizás una de las mejores 

herramientas para la comunicación.Procure hablar 

de un asunto a la vez, no se salgan del tema. 

No caiga en la trampa de responder a insinuaciones

 o conductas destructivas que desvíen la comunicación

 y hagan que el conflicto se agrande.Procure asumir la 

responsabilidad por aquello en lo que usted considere

que ha contribuido al problema. Puede decir,  por

 ejemplo, “yo reconozco, o, lamento que yo...”. 

Cuando se intenta resolver un conflicto con frecuencia 

se busca la reconciliación. Pero si no tomamos 

responsabilidad por nuestros actos o pedimos disculpas,

 el encontrar una solución al conflicto será más fácil.


Aunque todas estas habilidades le serán de mucha 

utilidad se debe reconocer que quizás, lo más 

importante para la buena comunicación es el cómo 

se ve usted mismo(a), es decir, su auto estima. 

Esto significa valorarse y al mismo tiempo saber 

reconocer sus errores. Finalmente, no olvide tratar 

de ponerse en el lugar del otro, es decir, esté dispuesto 

a reconocer que en muchas ocasiones si usted estuviera 

en las mismas circunstancias posiblemente actuaría

 igual o quizá hasta peor.

Por Dr. Alicia Pérez-Nuño

 Los detalles en  las relaciones de pareja son esas pequeñas grandes cosas que marcan la diferencia, ya que son la expresión más pura del amor que ambos se profesan.
Principalmente deben fortalecer, los detalles que día a día van manteniendo esa relación, sin que el tiempo o el hecho de que estén casados, desacrediten esa convivencia porque el romanticismo debe estar presente entre las parejas.
Toda relación de pareja debe regarse como se hace con una flor, llenándola cada día con detalles mínimos que te hagan crecer como persona y hacer sentir a la otra que es muy importante en tu vida; no por el hecho de que ya son novios o estén casados va a faltar un “te quiero”.
Les deseo muchas felicidades y bendiciones en sus vidas y que la relación que tengan de amor y unión, perdure en el tiempo.